“Las mujeres no nos tenemos que callar, no tener vergüenza ni miedo”

Esas fueron las palabras que expresó anoche la estudiante de la UNGS que denunció de haber sufrido un ataque sexual por miembros de las fuerzas armadas en la zona de ruta 8 y Juan María Gutiérrez.

Ayer se llevó a cabo una asamblea en la entrada de la Universidad Nacional General Sarmiento (UNGS) para repudiar el ataque ocurrido contra Laura en la noche del miércoles por cuatro hombres que se manifestaron ser integrantes de Campo de Mayo. Del encuentro no solo participaron estudiantes, docentes, trabajadores y la rectora Gabriel Diker sino también estuvo presente para tomar la palabra la estudiante víctima de la agresión.
Laura en principio agradeció a todas las personas que se solidarizaron con ella. Y luego responsabilizó “al gobierno nacional y provincial por seguir aparando la violencia hacia las mujeres y la violencia que ejercen las instituciones judiciales cuando las mujeres realizan sus denuncias”.
La joven continuó relatando lo que le sucedió la noche anterior cuando salió de dar un examen a las 20 horas aproximadamente. “Iba caminando por ruta 8 hacia Lemos y cuatro tipos que estaban de civil, se me tiran en sima, uno de ellos me manoseó y me tocó las partes íntimas”, contó.
Cuando la estudiante empezó a gritar e intentaba llamar a la policía, estos hombres se identificaron como miembros de las fuerzas armadas. “Llamé a la policía pero ellos me dijeron que eran militares y que ni yo, ni la policía ni nadie iba a poder hacer nada”, resaltó indignada.
Al llegar un móvil de la policía bonaerense agarraron a los cuatro hombres acusados de agresión sexual leve. También comentó que los detenidos se enfrentaron a la policía mujer que estaba presente. “No se enfrentaron al policía varón sino a la mujer eso demuestra el patriarcado y machismo que se le inculcan desde las fuerzas de seguridad”, agregó.
Laura es miembro de la agrupación Las Rojas – Nuevo Más; en este sentido, se consideró “de tener las fuerzas por estar acompañada por sus compañeras y compañeros”. Y afirmó: “Las mujeres no nos tenemos que callar, no tener vergüenza ni miedo. Ellos tienen que tener miedo, ellos tienden que dejar de vivir en la impunidad”. Además que hoy le tocó a ella vivir en primera persona esta situación pero advirtió que “no se va a callar porque hay miles de mujeres que no tienen voz y que no pueden hablar”.
Al finalizar la asamblea se realizó una movilización desde la UNGS hasta la rotonda Lemos.

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